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Play It Again, Sam

En el cole nunca fui bueno ni en física ni en matemáticas, no era lo mío. Tras salir de la conferencia del jueves, pensaba diferente. Quizás mi problema fue que no tuve la suerte de encontrarme con un maestro como JoseRa que me hiciera “ver” lo que había tras las fórmulas y los números. ¿Qué hubiera sido de mí si me hubiera encontrado a JoseRa de profe en el cole?. ¿Os imagináis que la mayoría de los profes fueran como JoseRa, los mejores en conocimiento entre nosotros, no sólo los que más saben sino además los que mejor lo cuentan?. ¿Cómo cambiaría nuestra sociedad, nuestro país?. ¿Podemos hacer algo nosotros para que eso cambie?. Como no creo que Rajoy me llame para ser ministro de educación, de momento mi tarea va a ser convencer a JoseRa para que nos dé la charla otra vez y así puedan asistir todos aquellos que no pudieron asistir, y los hijos que quieran venir, y los que vosotros estiméis.

 

 

Ya sé que una conferencia, aunque sea con forma de cereza, no lo cambia todo, pero es un buen comienzo. Entender por qué tiene sentido estudiar y aprender, dónde nos puede llevar el conocimiento, ampliar los límites de nuestra comprensión, invitarnos a seguir buscando sin detenernos donde ya estemos aparentemente seguros, enseñar a mirar los números y las fórmulas para llegar a ver el universo entero… es un gran comienzo. Todavía no sé ni dónde ni cuándo lo haremos, pero lo repetiremos. En cuanto lo vea le propondré a JoseRa: “Play it again, JoseRa”.

 

Las humanidades no lo son todo en lo que al conocimiento se refiere, eso es innegable, el universo va mucho más allá del hombre. Las humanidades deben complementarse con las ciencias como el hombre vive en el universo. Eso es lo que hizo JoseRa el pasado jueves. Utilizando algo de lo que el hombre es capaz de crear, la metáfora, JoseRa pintó el jueves la física elemental. Un pastel de manzana se convirtió en el universo entero como si de un truco de magia se tratara. Y lo mejor es que no era magia, era ciencia. Ciencia y un talento descomunal capaz de convertir lo más complejo en algo sencillo, comprensible. Dicen que una vez preguntaron a Churchill cuánto tardaba en escribir sus discursos. Su respuesta fue: “Depende. Si el discurso es de tres minutos, tardo unas tres horas, si es de tres horas, tardo unos tres minutos”. Josera, y todos los maestros que pasarán por aquí, han pasado miles de horas leyendo, estudiando para que nosotros pudiéramos comprender. JoseRa, además, va más allá de lo suyo (¿qué será lo suyo?) y ha buscado más allá siempre de su área de confort, integrando disciplinas, reflexionando entre ellas, pensando en la mejor manera de contárselo a los demás. Es un esfuerzo descomunal de una mente brillante. El resultado es que 24 horas después de la conferencia recuerdo toda su línea argumental: los límites de la percepción humana que nos sitúan en el universo, el bisturí que corta el grano de azúcar hasta convertirlo en algo diferente que no mantiene sus propiedades, el principio de emergencia, la simplicidad que se da en la base del universo, la fuerza electromagnética que une los elementos… extraordinario, me relamo al recordarlo. Me dan ganas de empezar a estudiar, de verdad, física elemental. ¿Y los otros temas que apuntó?. ¿Qué me decís de que el universo sea curvo y discontinuo, de lo que habrá detrás del principio de incertidumbre, de que el tiempo no sea lineal sino subjetivo? (como decía San Agustín con una intuición asombrosa, por cierto, que lo uno no está reñido con lo otro).

 

Hay que dar voy a gente como JoseRa, esa es una de las tareas más importantes de la Academia de curiosos. Que la gente que sabe, hable, algo inusual en una sociedad de charlatanes y tuiteros. Y mientras tanto, los Gutiérrez de la vida como yo, seguimos asombrándonos con lo que nos cuentan y con el universo en el que nos ha tocado vivir. Qué bien que sea primavera y la Academia siga abierta hasta el verano.

 

Un abrazo a todos,

El Colibrí Curioso

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